Un discurso rupturista, lejos de la retórica y de menciones políticas directas. Un mensaje de aldabonazos y sin concesiones al final del año en que la democracia vivió una situación inédita de parálisis. Hasta cinco ronda de consultas mantuvo el Rey con un liderazgo político y moral que fue clave.
El Rey Felipe VI llevó a su despacho un mensaje lleno de profundas ideas y contundente señalando que "la intolerancia y la exclusión, la negación del otro o el desprecio al valor de la opinión ajena no pueden caber en la España de hoy".
De forma significativa, quiso dirigirse a la nación en su mensaje de Nochebuena desde su despacho que ha sido clave en 2016 con la celebración de cinco rondas de consultas políticas. En su mensaje, el Rey dio por superada "la compleja situación política". De manera acertada evitó referirse de forma directa a Cataluña.
En lo que puede denominarse con el discurso del despacho, el Rey insistió en la necesidad de cuidar y mejorar la convivencia al cerrarse un año en el que tanto la crisis económica como la trepidación política han dejado heridas que son evidentes y también profundas en muchos casos.
Sin mencionar de forma directa a Cataluña, y tampoco las posiciones independentistas, el Rey rechazó los ataques a la Contitución. Y subrayó de forma muy especial, en lo que fue el nervio central de su discurso, el valor y ejemplo de quienes en tiempos difíciles han afrontado los problemas “sin desfallecer ni resignarse”. Destacó la extraordinaria vocación de servicio de los servidores públicos que "garantizan nuestras libertades, atienden nuestros hospitales o educan a nuestros hijos". Y subrayó que "una sociedad que mantenga estas actitudes y estos valores no puede tener miedo al futuro".
En su mensaje, el Rey hizo también dos énfasis especiales: el impacto de los avances tecnológicos en la vida de los españoles y la educación. Abogó muy especialmente por una educación que forme "en lenguas y en cultura, en civismo y en valores". Cerró su mensaje felicitando las fiestas en las cuatro lenguas oficiales del Estado que son el castellano, el gallego, el vasco y el catalán. Para el Rey no es retórica sino la afirmación de lo que es el espacio político de España.
– Ver también, Muna, una inesperada buena noticia de Navidad en la fragata Navarra (Hechos de Hoy)