Las acciones de Deutsche Bank arrancaron la semana recuperando parte del terreno perdido el viernes pasado. Los títulos suben en el comienzo de la sesión de Bolsa un 3,3%, hasta los 8,8 euros. Al final de la semana, las dudas sobre la firma hicieron que el valor se llegara a desplomar un 14,9%.

Desde mediados de marzo, el sector bancario ha estado en el ojo del huracán. Primero con el colapso de Silicon Valley Bank (SVB) en Estados Unidos y otros pequeños bancos regionales. Y luego con el rescate in extremis de Credit Suisse por parte de UBS.

Cuando el pasado jueves se empezaron a disparar los seguros contra el impago de deuda Deutsche Bank, en un síntoma evidente de las dudas que la entidad financiera causa en los mercados, otro escalofrío recorrió al sector bancario europeo. Las acciones reunidas en el subíndice sectorial Stoxx 600 llegaron a caer un 5% el viernes. Y hasta el canciller de Alemania, Olaf Scholz, tuvo que realizar unas declaraciones defendiendo la solidez y rentabilidad de Deutsche Bank.

Las fortísimas subidas de tipos de interés impuestas por los grandes bancos centrales son, en teoría, una buena noticia para el sector financiero, que tiene la capacidad de mejorar sus márgenes comerciales. Sin embargo, también han provocado la devaluación de la deuda soberana que la banca tiene en cartera, provocando algunas tensiones.

Los reguladores de Estados Unidos y Europa llevan dos semanas lanzando mensajes para tratar de calmar los ánimos, pero sigue manteniéndose un cierto recelo hacia la banca.

En el caso de Deutsche Bank, las subidas bursátiles se acompañan de una ligera moderación del coste de asegurarse contra el impago de los bonos de la entidad. Los llamados credit default swaps (CDS) de deuda de Deutsche Bank a cinco años se abarataban ligeramente el lunes, tras haber tocado el viernes máximos históricos, apuntando entonces a un aumento del riesgo de quiebra de la entidad.