Facultativos de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), a través de la empresa BioEclosion crearon un biosensor capaz de detectar la celiaquía en pocos minutos a partir de una gota de sangre. El nuevo dispositivo permite analizar la sangre del paciente en la misma consulta del médico especialista con el objetivo de evitar el largo proceso que se ha de seguir en la actualidad para saber si una persona es celíaca, que implica una prueba invasiva en laboratorios especializados.
El dispositivo funciona de forma similar a un glucómetro y también permite hacer un control de la evolución de la enfermedad, analizando el grado de celiaquía del paciente de forma periódica, así como la evaluación de los familiares directos de una persona ya diagnosticada.
Cabe recordar que la celiaquía es una intolerancia permanente al gluten del trigo, cebada y centeno. Dicha intolerancia se caracteriza por una reacción inflamatoria, de base inmune, en la mucosa del intestino delgado. Por tanto, el organismo no puede digerir y absorber apropiadamente los alimentos, generando malnutrición crónica.
Como bien especifica la Federación de Asociaciones de Celiacos de España (FACE), la enfermedad celíaca se presenta en individuos genéticamente predispuestos y su prevalencia estimada en los europeos y sus descendientes es del 1%, siendo más frecuente en las mujeres con una proporción de 2 a 1. Se puede desarrollar a cualquier edad.
Por desgracia, en España cada vez hay más celíacos: aumentan a un ritmo del 15% anual. De hecho, ya afecta a alrededor de 500.000 personas en nuestro país, aunque se estima que muchas más personas sufren celiaquía pese a no estar diagnosticadas.
Es más, la propia FACE estima que "un porcentaje importante de pacientes (75%) están sin diagnosticar debido, en su mayor parte, a que la enfermedad celíaca durante años se ha relacionado, exclusivamente, con su forma clásica de presentación clínica".
Para diagnosticar si se padece celiaquía la Asociación de Celíacos y Sensibles al Gluten de la Comunidad de Madrid establece una serie de síntomas en función de la edad:
-En el niño pequeño el cuadro clínico varía dependiendo del momento de la introducción del gluten en la dieta. Los síntomas más frecuentes son diarrea crónica, distensión abdominal, vómitos, falta de apetito, irritabilidad y laxitud, estancamiento ponderal y retraso en el crecimiento.
-En el niño mayor y en el adolescente puede no haber síntomas digestivos y presentarse la enfermedad con una anemia ferropénica rebelde a la ferroterapia oral, estreñimiento, talla baja y retraso de la menarquia.
-En el adulto la enfermedad también puede aparecer con manifestaciones digestivas clásicas, si bien lo más frecuente es que consulten por anemia ferropénica refractaria, dispepsia, estreñimiento, intestino irritable, dolores óseos y articulares, parestesias, infertilidad, abortos recurrentes, malnutrición, etc.
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