La Comisión Europea ha instado a los ministros de Sanidad de la Unión Europea a adoptar un enfoque coordinado con respecto a la administración de la vacuna de AstraZeneca contra la COVID-19.
Lo hizo después de que la Agencia Europea del Medicamento (EMA) haya detectado un "posible vínculo" entre el suero y los casos de coágulos sanguíneos.
Durante la reunión por videoconferencia que los responsables de Salud han mantenido con carácter de urgencia, la comisaria Stella Kyriakides ha pedido a los gobiernos que "hablen con una sola voz" para "mejorar la confianza pública en las vacunas".
"La experiencia de AstraZeneca demuestra que nuestro sistema de farmacovigilancia funciona. Pero es esencial que sigamos un enfoque coordinado en la Unión Europea", ha instado.
Marta Temido, ministra de Sanidad de Portugal, país que este semestre asume la presidencia de turno de la Unión Europea, se ha pronunciado en una línea similar y ha pedido a los Estados miembros que "trabajen para tener una posición lo más coordinada posible".
"Esta es una decisión técnica, no política. Debemos continuar siguiendo la mejor información científica que da la EMA en sus opiniones. No debemos olvidar que las decisiones individuales afectan a todos", subrayó.
Durante la reunión telemática, los Estados miembros compartieron sus "diferentes interpretaciones" sobre las conclusiones de la EMA en relación con la vacuna de AstraZeneca y pidieron al organismo sanitario europeo más información farmacológica sobre la vacuna para "grupos específicos" de la población.
Sin embargo, algunos países han anunciado tras conocer las conclusiones de la EMA distintos enfoques sobre la administración de la vacuna de AstraZeneca. Bélgica, por ejemplo, solo la administrará a mayores de 55 años, mientras que Alemania, Países Bajos o Estonia, han elevado el umbral hasta los 60 años.
En España, el Ministerio de Sanidad ha propuesto a las comunidades autónomas, en el pleno del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS), administrar la vacuna contra el coronavirus desarrollada por AstraZeneca solo a las personas mayores de 60 años.
Horas antes, el comité de seguridad de la EMA indicó que existe una "posible relación" entre la vacuna de AstraZeneca contra la COVID-19 y los coágulos sanguíneos con niveles bajos de plaquetas.
La EMA ha establecido que estos acontecimientos adversos deben figurar en la lista de efectos secundarios "muy raros" de la vacuna. No obstante, ha recalcado que los beneficios de la vacuna siguen superando los posibles riesgos.
De esta forma, la EMA ha dejado a los países la responsabilidad de restringir o no su uso en determinados grupos de edad.
"Cualquier decisión nacional sobre el uso óptimo en las campañas de vacunación también tendrá en cuenta la situación de la pandemia en cualquier país individual, y otros factores como la hospitalización y la disponibilidad de vacunas", ha apuntado la directora ejecutiva de la EMA, Emer Cooke, en la conferencia de prensa en la que ha explicado las conclusiones de la institución.
Cooke ha anunciado que, no obstante, el comité de seguridad de la EMA (PRAC) ha solicitado "nuevos estudios y modificaciones de los que están en curso para proporcionar más información y tomará cualquier otra medida necesaria". De la misma forma, se va a exigir a AstraZeneca que analice a fondo estas trombosis a través de ensayos clínicos.