La Comisión Europea presentó este miércoles sus previsiones económicas de otoño, que recogen que el PIB español registrará un crecimiento del 3,2% en 2016, del 2,3% en 2017 y del 2,1% en 2018. De esta manera, la Comisión mejora su estimación anterior de este año en seis décimas (antes era 2,6%), mientras que empeora la del año que viene, que la recorta dos décimas (era del 2,5%).

Por su parte, Bruselas estima que la tasa de paro se situará en el 19,7% de la población activa en 2016 y en el 18% en 2017, frente al 20% y el 18,1%, respectivamente, calculada anteriormente. Para 2018, la proyección de paro es del 16,5%.

Mientras, Bruselas estima que el déficit público del conjunto de las administraciones públicas españolas se situará en el 4,6% del PIB este año, con lo que España cumplirá con el objetivo pactado. Sin embargo, se desviará de lo acordado en 2017, pues se cifra en 3,8%, frente al 3,1% fijado. En 2018, el déficit será del 3,2%.

El organismo también apunta que la deuda cerrará el presente ejercicio en el 99,5% del PIB, frente al 100,3% de su anterior previsión. Pese a ello, considera que la deuda seguirá al alza en los próximos ejercicios, para alcanzar el 99,9% en 2017 y el 100% en 2018.

La Comisión explica que a pesar del fuerte crecimiento económico, el déficit público español apenas cambió en la primera mitad de 2016 y que los datos de agosto y septiembre de algunos subsectores de la administración apuntan que se mantiene esta situación.

En todo caso, Bruselas señala que las medidas adoptadas recientemente, como la reforma del Impuesto de Sociedades para recuperar el pago fraccionado, permitirá reducir el déficit español desde el 5,1% en 2015 al 4,6% en 2016.

En cuanto al déficit de 2017, que se cifra en el 3,8%, la Comisión indica que dada la ausencia de un presupuesto para el año que viene la reducción del mismo con respecto a 2016 se basa en gran medida en las perspectivas macroeconómicas positivas, lo que debería seguir apoyando, por ejemplo, a los ingresos tributarios.

Además, aunque el gasto en pensiones seguirá aumentando, la caída del desempleo debería reducir el crecimiento de las transferencias sociales en esta materia y también se reducirá la partida de intereses de la deuda por las mejores condiciones de financiación.