El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, aseguró este domingo que el bloqueo a las exportaciones de granos de Ucrania impuesto por Rusia puede haber contribuido a los disturbios en Sri Lanka y expresó su temor de que esto pueda generar otras crisis.
"Estamos viendo el impacto de esta agresión rusa en todos lados. Puede haber contribuido a la situación en Sri Lanka, estamos preocupados por las implicaciones en todo el mundo", afirmó Blinken.
Renovando una demanda que ha hecho en repetidas ocasiones, Blinken pidió a Rusia que deje salir de Ucrania, que Moscú invadió en febrero, unos 20 millones de toneladas de grano.
"Lo que estamos viendo en todo el mundo es una creciente inseguridad alimentaria que se ha visto significativamente exacerbada por la agresión rusa contra Ucrania", dijo Blinken.
Blinken resaltó que también se ha producido un impacto en Tailandia, donde los precios de los fertilizantes "se han disparado" debido al bloqueo. "Esto es significativo, especialmente en un país con una gran actividad agrícola como Tailandia, porque si no hay fertilizantes, sabemos que el año que viene los rendimientos bajarán y los precios subirán", dijo Blinken.
Sri Lanka lleva semanas de agitación provocada por la grave escasez de alimentos y combustible. El presidente Gotabaya Rajapaksa aceptó dimitir después de que los manifestantes asaltaran su residencia oficial el sábado.
Rusia afirma que permitiría la salida de los barcos ucranianos cargados de productos alimentarios si los militares ucranianos desminaran sus puertos, una opción rechazada por Kiev, que teme por la seguridad de su costa del Mar Negro.
Por su parte la Unión Europea pidió este domingo a todas las partes en Sri Lanka que "cooperen y se centren en una transición pacífica, democrática y ordenada" tras las protestas de este domingo para exigir la dimisión del presidente que dejaron imágenes de manifestantes irrumpiendo en su vivienda oficial y bañándose en su piscina.
En un comunicado, un portavoz del Servicio Europeo de Acción Exterior afirmó que la Unión Europea sigue de cerca los acontecimientos en Sri Lanka y está evaluando “"as opciones disponibles para seguir aumentando su apoyo a la población de Sri Lanka" en este momento.
"Hacemos un llamamiento a todas las partes para que cooperen y se centren en una transición pacífica, democrática y ordenada. Es responsabilidad de todos los dirigentes de las partes allanar el camino hacia una solución de la crisis actual y volver a la normalidad", incidió el portavoz.
La capital de Sri Lanka amaneció este domingo con calles prácticamente vacías, tiendas cerradas, y el recuerdo de las decenas de miles de personas que se congregaron el sábado e irrumpieron en edificios oficiales para exigir la dimisión del presidente, Gotabaya Rajapaksa.
El dirigente, acusado desde hace meses por los manifestantes de gestionar mal la crisis económica que azota el país, anunció que dimitirá el próximo miércoles, según informó el presidente del Parlamento, Mahinda Yapa Abeywardena.
Horas antes el primer ministro desde hace apenas dos meses, Ranil Wickremesinghe, aseguró también que dimitirá y llamó a la formación de un Gobierno de unidad nacional.
Miles de personas irrumpieron ayer en las residencias oficiales de Rajapaksa, dejando imágenes de manifestantes bañándose en su piscina y recorriendo los dormitorios de la mansión, y de Wickremesinghe, cuya casa privada fue incendiada también durante la jornada.
Las masivas manifestaciones se enmarcan en un contexto de protestas continuadas desde hace meses, debido al impacto sobre la población de una de las peores crisis económicas a las que ha tenido que enfrentarse el país desde su independencia en 1948, derivada de la merma de divisas de reservas internacionales y de un gran endeudamiento.
La tensión y el descontento aumentó en la isla a finales de marzo, cuando las autoridades impusieron cortes de luz de más de 13 horas, lo que llevó a la población a salir a las calles para pedir la dimisión del gobierno.