No comenzó una nueva era pero, en un primer balance de las elecciones municipales en Francia se puede confirmar que el Partido Socialista sufrió un feroz varapalo en una derrota que es histórica en sus dimensiones. El centroderecha, la alianza de tres fuerzas, se impuso en las ciudades importantes y se alzó con el triunfo en bastiones del socialismo. En este marco, el Frente Nacional ganó en 14 ciudades de más de 9.000 habitantes. Marine Le Pen enseñó su poder, que puede ser incluso mayor en los comicios al Parlamento Europeo. Anne Hidalgo, nacida en San Fernando de Cádiz, con doble nacionalidad francesa y española, se convirtió domingo en la primera alcaldesa de París en la historia al vencer con un 53,34% frente a otra mujer, la conservadora Nathalie Kosciusko-Morizet.
La segunda vuelta de los comicios municipales en Francia confirmó lo peor para François Hollande y el Partido Socialista. Con una abstención récord -38%,y elevado porcentaje de votos nulos-, el primer balance arroja un escenario en el que el Partido Socialista mantiene París pero pierde 155 ciudades de más de 9.000 habitantes como Toulouse, Bastia, Pau, Tours, Angers, Reims, Quimper, y Saint-Ettiene.
La alianza de la derecha UMP con los centristas de la UDI y de MoDEM se impuso en los comicios después de las derrotas en las presidenciales y las legislativas de 2012. El Frente Nacional se convierte por primera vez en una importante fuerza política local con 14 alcaldías en ciudades de más de 9.000 habitantes. Se trata de un éxito personal de Marine Le Pen. No consiguió el golpe soñado de imponerse en Perpiñán, Aviñón y Forbach. Pero avisa muy seriamente de que Francia pasa al escenario de la izquierda, la derecha y la extrema derecha.
Para François Hollande -como indicaron analistas a Hechos de Hoy– se trata del golpe más severo a su caja de herramientas, su proyecto político. Su reacción es importante para evitar el descalabro en los comicios eurpeos que podría dañar su prestigio y reputación, ya tocados en estos comicios.
La derrota podría costarle llevarse por delante al primer ministro, Jean-Marc Ayrault. El ministro del Interior, Manuel Valls, parece el mejor situado para sucederle. Pero es un riesgo para François Hollande porque supondría un giro a la derecha. Quizás la mejor respuesta al fenómeno Marine Le Pen o la peor. El presidente medita en horas políticas que son observadas con atención tanto en Madrid por Mariano Rajoy como en Berlín por Angela Merkel. Hollande estudia también una salida a esta crisis apostando por el actual ministro de Exteriores, Laurent Fabius –exprimer ministro con François Mitterrand–, y el ex alcalde de París, Bertrand Delanoë. Esta vez sus decisiones no le permiten ningún paso en falso.
El debate decisivo
