Andrea Orcel (nacido en Roma, Italia, 14 de mayo de 1963), banquero de inversiones y ejecutivo financiero italiano, vuelve a su habitat natural, Italia. Nunca fue comprendido en los mercados el empeño de Ana Botín por dejar en sus manos todo el poder del Grupo Santander. Acabó además mal porque fue al final una historia de amor y odio.
Andrea Orcel fue presidente de UBS Investment Bank desde junio de 2012 hasta septiembre de 2018. Orcel asistió a la Universidad de Roma, Sapienza, donde se graduó en economía y comercio. Formado en la escuela de negocios INSEAD en Francia después de trabajar en Goldman Sach y antes de unirse a Boston Consulting Group a finales de los años ochenta.
En 1992, fue contratado por Merril Lynch & Co., donde pasó los veinte años siguientes en su Grupo de Instituciones Financieras y ascendió de rango para convertirse en Presidente Ejecutivo del Banco de Inversiones. Dejó Merril Lynch en 2012 para unirse al banco suizo UBS. Desde 2012 hasta 2018, Orcel lideró una importante reestructuración corporativa, centrándose en la estrategia de capital lite, y redujo las cuentas salariales del banco de inversión en 3.000 millones de dólares, haciendo del banco de inversiones UBS uno de los más rentables de Wall Street. Habla cuatro idiomas (inglés, francés, español e italiano).
En su primer comunicado interno como consejero delegado de UniCredit, ha advertido a los 82.000 empleados del banco de sus planes. Reconoció que no están "exentos de riesgos" y que "no prometen una vida fácil". Subrayó además que su estrategia se construirá bajo "disciplina y rigor".
Un hombre conocido por una ética de trabajo muy dura, ha convertido este desafío a sus 57 años en un momento central de su vida pofesional. Quiere que UniCredit se convierta en un "disruptor" que innova y rompe con las barreras internas que evitan su éxito.
Andrea Orcel vivió un Consejo polémico por imponer un salario de 7,5 millones de euros anuales). Tuvo al final el apoyo de un 54% de los asistentes, que a su vez representan un 60% del capital.
"Esta es la culminación de mi carrera en la banca, una industria en la que empecé a trabajar con 25 años", reconoció en su carta. "UniCredit ha estado siempre presente como un cliente clave, en muchos aspectos, siento como que estoy volviendo a casa", sentenció. En ese sentido fue sincero y dijo toda la verdad.