Este lunes lluvioso España y el mundo entero se levantaron con una tristísima noticia. David Bowie falleció a los 69 años víctima de un cáncer. "David Bowie murió en paz hoy rodeado de su familia al término de un valiente batalla de 18 meses contra el cáncer", indicó la familia en un mensaje fechado el domingo y difundido el lunes en Twitter y Facebook.
"Muchos de ustedes compartirán esta pérdida. Pedimos que respeten la privacidad de la familia durante el tiempo de duelo", agregó el comunicado. La muerte de Bowie coincidió con el lanzamiento de su último disco, Blackstar que salió a la venta el viernes pasado. "Lamento y me entristece decir que es verdad. Estaré desconectado durante un tiempo. Os quiero a todos", confirmó en Twitter su hijo Duncan Jones.
"Crecí escuchando y viendo el genio del pop David Bowie. Sabía reinventarse mejor que nadie, siempre acertaba. Una enorme pérdida", comentó el primer ministro británico, David Cameron, en su cuenta Twitter.
David Robert Jones nació el 8 de enero de 1947 en el seno de una familia modesta de Brixton, un barrio popular del sur de Londres. Abandonó el colegio en la adolescencia y saltó a la fama en 1969 con Space Oddity, una mítica balada sobre la historia de Major Tom, un astronauta que se pierde en el espacio. Fue a partir de ese momento cuando multiplicó sus álbumes, cambió su música, encarnó diferentes personajes, convirtiéndose en el hombre de las mil caras, gracias a su formación como mimo, su gusto por la moda o su afición al teatro kabuki.
No dejó de lanzar discos y realizar giras hasta inicios de los años 2000, pero un problema cardíaco sufrido sobre el escenario durante un festival alemán en junio de 2004 puso fin a esta época tan apasionante. Obligado a un largo reposo, sus apariciones fueron escasas en los años siguientes, aunque recientemente había multiplicado sus proyectos: un tema de una serie, una comedia musical o algunas contribuciones, como en el último álbum de The Arcade Fire.
Provocado e innovador, el británico David Robert Jones construyó una de las carreras más veneradas e imitadas de la caprichosa industria del espectáculo, que le aupó en vida al pedestal de las leyendas de la música.
Referente imprescindible de la cultura y un virtuoso en la puesta en escena, entre sus múltiples habilidades destacaron sus facetas como actor, productor discográfico o arreglista pero también fue venerado como icono de la moda por su tendencia a provocar con sus atuendos y a jugar con su imagen. Dentro de la música popular, Bowie consiguió apuntalarse como una de las figuras de mayor relevancia durante más de cinco décadas.
Autor de elogiados álbumes como Heroes (1977), Lodger (1979) o Scary Monsters (1980), el artista de Brixton (Londres), afincado en Nueva York durante años, llegó a lo más alto de esta industria el 6 de junio de 1972 con The Rise and Fall of Ziggy Stardust and The Spider From Mars. Este disco en el que relata la inverosímil historia del personaje Ziggy Stardust, un extraterrestre bisexual y andrógino reconvertido a estrella del rock, aunó dos de las obsesiones del cantante: el teatro japonés kabuki y la ciencia ficción.
Pero ese excéntrico personaje fue tan solo una de las muchas y variopintas personalidades que adoptó a lo largo de su carrera, como los otros "alter ego" de su cosecha creativa: Aladdin Sane o el Duque Blanco. Una reinvención incombustible que le permitió coquetear con facetas diferentes durante su prolífica trayectoria. En 2006 el cantante anunció que se tomaría un año sabático y a partir de ahí muchos de sus incondicionales lloraron una prolongada ausencia que dio pie a todo tipo de rumores sobre su salud.
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