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UN BUEN DESCANSO

Acostarse tarde cuando se es pequeño, dispara la obesidad en la adolescencia

Aportan una nueva evidencia sobre la necesidad de que los niños se acuesten temprano y ofrecen una base científica a los pediatras para que aconsejen a los padres al respecto.

Hechosdehoy / Carmen Rodríguez Campos
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Siempre se ha dicho que los niños necesitan un mayor número de horas de sueño que los adultos. Tal es así que, con objeto de garantizar un descanso adecuado, los menores deben seguir obligatoriamente una rutina de sueño, caso de irse a la cama siempre a la misma hora.

Ahora un estudio llevado a cabo por investigadores de la Escuela de Salud Pública de la Universidad Estatal de Ohio en Columbus (EE.UU.) muestra que los niños pequeños que se acuestan tarde son más proclives a ser obesos al llegar a la adolescencia, incrementándose así su riesgo de padecer enfermedades como las cardiovasculares, la diabetes e, incluso, el cáncer.

Muestra que los niños en edad preescolar que se van a la cama antes de las ocho de la tarde tienen un riesgo mucho menor de desarrollar obesidad en la adolescencia. Y asimismo, que aquellos menores de corta edad que se acuestan más tarde de las nueve tienen más del doble de probabilidad de convertirse en adolescentes obesos.

"Nuestros resultados refuerzan la importancia que tiene para los padres el establecimiento de una rutina para que sus hijos se vayan a la cama. Se trata de una medida concreta que pueden adoptar las familias para reducir el riesgo de obesidad de sus hijos y que, muy probablemente, tenga efectos positivos sobre su comportamiento y desarrollo social, emocional y cognitivo", comentó la directora del estudio. 

Los resultados mostraron que solo un 10% de los adolescentes que se acostaban antes de las ocho de la tarde en su etapa preescolar acabaron desarrollando obesidad. Un porcentaje que se estableció en un 16% en el caso de los adolescentes que, siendo pequeños, se iban a la cama entre las ocho y las nueve y que se elevó hasta un 23% en el de aquellos que aun a muy corta edad no se dormían antes de las nueve. 

"Si bien el irse a la cama antes no asegura que el niño vaya a caer inmediatamente en un sueño profundo, el establecimiento de una rutina consistente a la hora de acostarse aumenta la probabilidad de que el niño duerma la cantidad de horas necesarias para su mejor rendimiento", destacó la experta. 

"En nuestro trabajo nos centramos en el horario de irse a la cama porque tiene un mayor impacto sobre la duración del sueño que el horario en el que los niños se despiertan, sobre el que los padres tienen menos control. Y es que cuando los propios progenitores y sus hermanos más mayores se levantan, los niños pequeños también suelen hacerlo", concluyó.


– Ver en Hechos de HoyMayor IMC en la adolescencia desencadena mayor riesgo de insuficiencia cardiaca

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