Sólo un gobierno de unidad nacional -con implicación de kurdos, chiíes y suníes- es la llave para evitar el desmembramiento de Irak y el triunfo de la guerrilla yihadista de Estado Islámico (conocida antes como Estado Islámico de Irak y el Levante, EIIL o ISIS).
Arabia Saudí mantiene una gran inquietud ante el desplome del gobierno de Nuri al Maliki y el ambiente de desbandada en unidades del Ejército y la Policía. Los servicios de inteligencia de Arabia Saudí siguen con atención la expansión de la guerrilla de Estado Islámico y su dominio de zonas económicas claves de Irak. El ambiente en Riad -según informaciones recogidas por Hechos de Hoy– insiste en advertir de la urgencia de la formación de un gobierno de unidad nacional en Bagdad.
A la vez hay un serio temor a la falta de controles en la extensa frontera con Irak, desde Kuwait a Jordania. Ante el ambiente de caos, Arabia Saudí decidió movilizar 30.000 soldados con la misión de reforzar la vigilancia a lo largo de una frontera de 800 kilómetros. La alarma la suscitó la evidencia de la retirada de unidades militares de Irak de la frontera. La cadena de televisión Al Arabiya ofreció las imágenes de mandos militares de Irak abandonando los controles en la frontera. Según Al Arabiya un total de 2.500 soldados abandonaron los controles y la vigilancia fronteriza
En Riad se confirmó a la vez que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y el rey Abdalá mantuvieron una conversación telefónica sobre la crisis. Arabia Saudí ha insistido en la necesidad de una reacción política ante el poder y el avance sobre Bagdad de la guerrilla de Estado Islámico. Por parte saudí se confirmó que seguirán las consultas con Estados Unidos.
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