El Comité de Emergencia se activa ante una crisis del hambre sin precedentes

La subida de precios, los conflictos como la guerra de Ucrania, la crisis de la COVID-19 y el cambio climático han provocado que el hambre vuelva a niveles de hace 20 años. Casi 50 millones de personas corren el riesgo de morir de hambre, entre ellos 8 millones de niños y niñas

Comunicae

La subida de precios, los conflictos como la guerra de Ucrania, la crisis de la COVID-19 y el cambio climático han provocado que el hambre vuelva a niveles de hace 20 años. Casi 50 millones de personas corren el riesgo de morir de hambre, entre ellos 8 millones de niños y niñas

El Comité de Emergencia se ha activado para conseguir fondos para apoyar a la población que sufre las graves consecuencias de una crisis de hambre sin precedentes. Casi 50 millones de personas viven en niveles de hambre aguda y 8 millones de niños y niñas corren el riesgo de morir en algunos de los 15 países más afectados por inseguridad alimentaria.

Las causas del hambre

La crisis climática es una de las tres causas del hambre. El Cuerno de África está sufriendo la peor sequía en más de 30 años, tras tres temporadas consecutivas de escasez de lluvias; por su parte, las fuertes inundaciones destruyen hogares y suman más presión a las comunidades de pastores y horticultores. Esto ha llevado a muchas familias a tomar medidas desesperadas para sobrevivir y miles de personas ya han abandonado sus hogares en busca de alimento, agua y pastos. La figura del ‘refugiado climático’ es ya predominante en el mundo de la migración, por ejemplo en Somalilandia donde la situación es muy extrema.

La crisis de la COVID-19 también llegó a África, pero no así las vacunas tan necesarias para prevenir y frenar la expansión de la enfermedad. Y es que la pandemia agudizó aún más la precariedad en la que viven las regiones más pobres; además, las restricciones impuestas para contener la enfermedad complicaron el acceso a alimentos de millones de personas que viven al día en África.

Por otra parte, la pandemia de la COVID-19 paralizó el mercado y el transporte de mercancías, afectando al precio y frecuencia de envío de productos. El envío de suministros por parte de las ONG y de las Naciones Unidas a través del Programa Mundial de Alimentos son más espaciados en el tiempo, la cantidad que reciben los países en crisis se ha reducido y, además, el valor económico es menor. La pandemia ha encarecido el precio de los alimentos a su nivel más alto en una década y las familias no tienen recursos para llenar su cesta de la compra. 

Los conflictos armados han obligado a desplazar a miles de personas que huyen de las balas pero que, ahora, también temen morir de hambre. El conflicto en Ucrania ha disparado, además, los precios mundiales de los alimentos, ya que un tercio del suministro de trigo procede de Ucrania y Rusia. Países como Líbano, Somalia, Etiopía y Sudán, con una población ya muy castigada por guerras, sequías y hambrunas, se encuentran entre los más dependientes de sus importaciones.

Según Sara Barbeira, directora del Comité de Emergencia, “queremos hacer un llamamiento a la sociedad española para sensibilizar sobre una catástrofe humanitaria que vuelve con consecuencias extremadamente graves. Además, estamos asistiendo a un mayor número de países que, debido a guerras, conflictos y crisis climáticas, están hoy en día más expuestos a sufrir situaciones de hambre extrema”.

Apoyo al pastoreo y la agricultura a pequeña escala y desarrollo de resiliencia

Frente a esta situación, las 6 ONG que forman parte del Comité de Emergencia –Aldeas Infantiles SOS, Educo, Médicos del Mundo, Oxfam Intermón, Plan International y World Vision– quieren canalizar conjuntamente la ayuda de todas aquellas personas dispuestas a contribuir para paliar la situación de las víctimas por la crisis del hambre. Además, alertan de la necesidad de liderazgo internacional y voluntad política para impulsar una respuesta inmediata y abordar las causas profundas del hambre, ofreciendo soluciones sostenibles, colaborativas e impulsadas localmente.

Los equipos de Médicos del Mundo trabajan contra el hambre y la desnutrición, desde el Noreste de Siria, o Haití y Centroamérica, hasta la región del Sahel, en Burkina Faso y Mauritania, mediante el fortalecimiento de las capacidades del personal sanitario para detectar, tratar y derivar los casos de desnutrición en niños y niñas menores de cinco años, así como para gestionar la desnutrición aguda en los centros nutricionales, que también proveen de equipo y material médico, además de brindar atención médica ambulatoria a los casos de desnutrición aguda infantil con complicaciones que padecen patologías agudas y fortalecer la capacidad de los actores comunitarios, incluidas las madres, para identificar y derivar a los niños desnutridos.

Por su parte, la respuesta mundial al hambre de World Vision se dirige a 22 millones de personas en 26 países de máxima preocupación, especialmente, África Oriental, Occidental y Oriente Medio. El objetivo es dotar a las familias y comunidades de soluciones a largo plazo que mejoran la resiliencia y generar opciones cuando las cosechas fallan y el agua escasea. Los equipos trabajan en proyectos como cultivos resistentes a la sequía, ayuda en efectivo que estimule la economía local, formación para poner en marcha nuevos negocios, desarrollo de resiliencia desde el enfoque generacional formando a los niños y niñas a que estén preparados para los desafíos y oportunidades del futuro, etc…

Oxfam Intermón trabaja junto a personas especialmente golpeadas por la crisis alimentaria mediante programas que integran agua, saneamiento y alimentos, siempre en alianza con organizaciones de los países afectados. En paralelo, tiene programas de formación agrícola o construcción de infraestructuras como invernaderos o sistemas de riego para fortalecer la resiliencia de las personas afectadas por la sequía. Tan sólo en África Oriental, la ONG ha apoyado en el último año a 1,2 millones de personas con su respuesta a la crisis alimentaria, y trabaja también en Siria, Yemen, Sahel y otras regiones gravemente afectadas por el hambre. Al mismo tiempo, defiende cambios estructurales que defiendan la pequeña agricultura y ganadería en un mercado dominado por los gigantes de la industria agroalimentaria.

Acceso a comedores escolares y fortalecimiento familiar

Los equipos de Educo, como miembros de la Alianza ChildFund, trabajan en la región del Sahel, en países como Malí, Burkina Faso y Níger, para mejorar las condiciones de vida de la infancia y garantizar tanto su derecho a la alimentación como a la educación. Gracias al acceso a comedores escolares garantizan la alimentación de los estudiantes de familias con pocos recursos y se han puesto en marcha huertos comunitarios y escolares para combatir la desnutrición.

Por su parte, los Programas de Respuesta a Emergencias de Aldeas Infantiles SOS en el Cuerno de África (Somalia, Somalilandia, Etiopía y Kenia) y el Sahel (República Centroafricana, Chad y Níger) constan de estrategias inmediatas y a medio y largo plazo. Entre las primeras, la organización prioriza las intervenciones vitales destinadas a satisfacer las necesidades básicas de niños, niñas, adolescentes y sus familias, mientras que a medio y largo plazo apoya a estas últimas y a las comunidades para que se adapten al cambio climático y sean más resistentes. La falta de alimentos, en ocasiones, puede empujar a la mendicidad y la explotación sexual. Por ello, su trabajo de protección, cuidado alternativo y fortalecimiento familiar es clave en las comunidades afectadas por el hambre. De junio de 2023 a mayo de 2025, Aldeas ampliará su respuesta de emergencia en los países citados y la extenderá a Sudán, Benin, Burkina Faso y Togo.

Plan International, que cuenta con 28 proyectos en colaboración con el Programa Mundial de Alimentos en 14 países, alerta sobre el aumento del impacto del hambre en la vida de las niñas y mujeres jóvenes de todo el mundo, especialmente en mujeres embarazadas. Las complicaciones relacionadas con el embarazo y el parto son ya la principal causa de muerte de las chicas de entre 15 y 19 años a nivel global y la desnutrición aumenta el riesgo de aborto o de muerte durante el parto. Además, en algunas comunidades del Cuerno de África, el matrimonio infantil va en aumento: las familias casan a las niñas, conocidas como “novias de la sequía”, para aliviar la presión sobre los escasos ingresos y obtener el dinero de la dote para comida y otros gastos.

Para colaborar con el Comité de Emergencia

Ahora más que nunca, la ayuda que está brindando el Comité de Emergencia Español y sus ONG miembros es imprescindible para asegurar y proteger a las personas afectadas por las consecuencias de la crisis del hambre. Se puede colaborar por diferentes vías:

  • Transferencia a ES4521005731770200452205
  • Llamando al 900 595 216
  • A través de www.comiteemergencia.org
  • Con un SMS con la palabra “COMITÉ” al 28014 o 38014

Sobre el Comité de Emergencia

A finales de 2015, en España se creó el Comité de Emergencia español y actualmente 6 ONG de ámbito internacional como son Aldeas Infantiles SOS, Educo, Médicos del Mundo, Oxfam Intermón, Plan International y World Vision forman parte de este. El Comité nace para ofrecer un mecanismo de respuesta rápida ante situaciones de emergencia que permita incrementar el apoyo ciudadano en diferentes crisis humanitarias; actuar como punto de unión permanente entre ONG, empresas, medios de comunicación y la ciudadanía; incrementar la confianza social en las ONG en situaciones de emergencia, rindiendo cuentas del impacto de la actuación, y actuar conjuntamente como un referente de la ayuda de emergencia ante la sociedad.

Fuente Comunicae

Otras noticias:

twitter facebook smarthphone
Menú