El lehendakari, Iñigo Urkullu, mantuvo contactos con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, para comunicarle los planes de la banda terrorista ETA (Euskadi Ta Askatasuna) de desarmarse, según confirmó el portavoz parlamentario del PNV, Joseba Egibar. El objetivo de esas conversaciones era solicitar al también líder del Partido Popular que se "dejara hacer" y que el Gobierno esté "a la altura de las circunstancias".
En el programa del Parlamento en las Ondas de Radio Euskadi, confirmó que se habían producido estos contactos entre ambos mandatarios.
"No estoy en el secreto de la conversación, pero la intencionalidad es ésa, dejar hacer y estar a la altura de las circunstancias para que cinco años y medio después de que una organización decida dejar las armas y que no sepa o no acierte o no se le deje desarmar es una historia que, con el transcurso del tiempo se demuestra que ha estado mal gestionada", apuntó.
Ante el anuncio de que ETA va a estar desarmada para el 8 de abril, pidió "altura de miras, perspectiva y no entorpecer". Apuntó además que, si se produce este proceso, "al otro lado tiene que haber "alguna instancia judicial o política".
"Cuanto menos dejar hacer para que una autoridad verifique la operación en un acto único y que podamos pasar página para lo que puede ser otro escenario", añadió. Esta conversación duró una hora y media y solo trató del desarme de ETA.
Urkullu le explicó a Rajoy los detalles y le pidió que facilitara el proceso que ahora se abre, según fuentes nacionalistas. Con esta cita, el lehendakari quería evitar obstáculos del pasado, cuando en momentos clave el Gobierno de España solicitó a Francia que incrementara la presión contra ETA. El presidente del Gobierno no se comprometió a nada, pero mantuvo un actitud positiva ante la noticia adelantada por el lehendakari, que también comunicó con antelación a la socialista Idoia Mendia, su socia en el Gobierno vasco, el desarme.
El domingo 12, Urkullu tenía toda la información. Ese mismo día envió un mensaje al presidente del Gobierno solicitándole una cita en el plazo de 48 horas. Mariano Rajoy le contestó de inmediato. Acordaron un encuentro para el martes 14 por la tarde que se prolongó durante hora y media. Le comunicó la voluntad de ETA de entregar la localización de sus zulos -todos en suelo francés- sin exigir ninguna contrapartida a cambio.
La preocupación de Urkullu se centró en la preocupación entre los grupos ciudadanos de Iparralde por los riesgos legales que podían correr si se implicaban en este proceso de desarme. Urkullu consideró que esta información la debían de conocer las autoridades francesas.
Rajoy se comprometió a hacer llegar todos esos datos al Gobierno francés y quedó en volver a hablar con el lehendakari. El jueves 16, Rajoy telefoneó a Urkullu para comentarle que ya había comunicado la información a las autoridades francesas.
Al margen de otras cuestiones, ha llamado la atención a los analistas la estrecha relación y diálogo fluido entre los líderes del PNV y el PP. Y la discreción con la que actuó La Moncloa. Sólo este domingo se han conocido estos contactos desvelados por el PNV. Una información publicada este sábado en El Correo por Óscar B. de Otálora y en El País por Luis R. Aizpeolea.